He viajado a Narnia muchas veces (a través de armarios, estaciones de tren, cuadros...). Allí aprendí que tarde o temprano nos hacemos mayores, pero que jamás debemos olvidarnos del niño que fuimos alguna vez. Fui aventurera con los Cinco. Escapé del Cerro del Contrabandista y descubrí tesoros y pasadizos secretos. Estuve en la Tierra de Fairy Oak, en el Valle de Verdellano. Descubrí la luz de Babú y amé la oscuridad de Vi. Sentí el amor de Grisam, los colores de Flox y Shirley hechizó mis días. He ido y vuelto de Idhún y he sentido el calor de sus tres soles. También he estado en Macondo y su realismo mágico. Entré en el Castillo de Hogwarts de Magia y Hechicería con el Trío de Oro. Allí aprendí la importancia de la amistad y que todo en la vida no es blanco o negro, sino que entre ambos hay multitud de tonos de gris. Me hizo creer que con un poco de fe todo es posible. Incluso derrotar al mago oscuro más poderoso de todos los tiempos. ...
Si te gusta leer estás en el lugar adecuado